Duchas luego del entrenamiento
Cuando llegue a la etapa de la adolescencia, decidí inscribirme en clases de natación, habían varios chicos que tomaron esa misma decisión ese verano, y muy pronto pude entablar amistad con varios de mis compañeros. La primera clase estuvo genial, todos sabíamos nadar bastante bien, pero queríamos llegar a un nivel más profesional, así que el instructor nos enseñaba las técnicas de cómo respirar mientras nadábamos y otros trucos para ir más rápido, después de dos horas de clase fue momento para ir a las duchas, llegamos todos juntos y me di cuenta de que no había separación entre las regaderas, pero eso no pareció afectarle a ninguno de mis compañeros, los que rápidamente se sacaban sus trajes de baño y comenzaban a enjabonarse, yo con mucha pena y pudor me acerqué a los chorros de agua, estaban calentitas, y comencé a limpiar mi cuerpo del cloro de la piscina tratando de no fijarme en ninguno de mis compañeros. Escuchaba como se reían y jugaban entre ellos, yo terminé lo más rápido posible para poder ir a ponerme ropa, cuando entra el instructor a las duchas y se empieza a desvestir como todos, para que se den una idea de la visión que tenía en ese momento, debería estar en sus treintas, cuerpo verdaderamente atlético, con un culo que decía firme por donde lo vieras, 1,80 de alto, moreno y casi sin pelo (más adelante nos comentaría que era porque se depilaba para que no lo frenara en el agua), pero cuando se dió la vuelta fue donde mis ojos se dieron un banquete... un chorizo de unos 16 cm (dormido) y unos huevos que eran para desayunarse, atrajeron mis ojos como imanes, afortunadamente ni me prestó atención y fue direccto a lavarse. Ya salido de la ducha me estaba terminando de poner mis boxers cuando llega mi entrenador a cambiarse al lado mio, y me empieza a conversar de lo bien que lo había hecho para ser la primera clase, pero mientras lo hacía no se cubría nada, estaba completamente expuesto delante mío, hablandome con una tranquilidad y yo por dentro tratando de controlarme para no tener una ereccion, pero luego llegaron los otros chicos y se pusieron a conversar con él y pude seguir vistiéndome. Cuando estuve listo me despedí de todos y fui a tomar una micro que me llevara a mi casa, cuando me senté la imagen de aquel hombre asaltó mi mente y mi entrepierna, menos mal que nadie iba sentado al lado mio porque hubiese visto como mi pene crecía y crecía, hasta que parecía que iba a explorar de calentura, pero tenía que tranquilizarme, ya que mi bajada estaba cerca, me bajé del bus todavía medio prendido y caminé lo que restaba de trayecto hasta mi casa, abri la puerta y me fui de inmediato a echarme a mi cama, una vez más esa imagen celestial de mi entrenador surgió dentro mío, y esta vez podía dejar que mi miembro se expandiera lo que quisiera, rápidamente empecé a meter mano en el asunto, hasta que pude sentir el placer máximo al liberar mi leche sobre mi pecho y mi abdomen, quedé tan extasiado que me quedé dormido, y me desperté justo a tiempo cuando mis papás llegaron a la casa, rápido me limpié y bajé a saludarlos.
Luego de ese maravilloso día vinieron muchos más, otros en los que no me quedé solo en mirar, sino que pude tocar, sentir, oler, lamer, tragar, besar y un sin fin de cosas más.
Comentarios
Publicar un comentario